12 de septiembre 2022.
Puerto Príncipe
El primer ministro de Haití, Ariel Henry, anunció un próximo aumento de los precios de los combustibles, en medio de protestas por la grave crisis política y social que afecta el empobrecido país caribeño.
"Tendremos que ajustar el precio del combustible", dijo Henry en un discurso la pasada madrugada.
El interés del Gobierno es que los combustibles estén disponibles en las estaciones de todo el país y "en un tiempo no muy lejano deberíamos volver a encontrar combustible con regularidad", agregó el primer ministro, la máxima autoridad en el país tras el asesinato en julio de 2021 del presidente Jovenel Moïse.
Haití enfrenta una aguda escasez de combustible desde hace al menos tres meses, lo que ha aumentado el precio de los productos de primera necesidad, el del transporte público y el precio del combustible en el mercado informal, donde el galón se vende hasta por 2.000 gourdes (unos 16 dólares).
Esta situación es el origen de las protestas en todo el país, que ya se han saldado con al menos cinco muertos y heridos.
"La solución a los problemas del país no pasa por las barricadas en llamas, los desórdenes, la destrucción de los cristales de los coches o la destrucción de los bienes de la gente", dijo Henry en su discurso, en el que advirtió que la justicia perseguirá a todos aquellos que cometan actos irreparables.
El Estado destina más de 50.000 millones de gourdes (427 millones de dólares) en la subvención del combustible "para las personas capaces de pagarlo al precio normal", señaló.
Respecto a la situación política, Henry insistió en el diálogo y dijo que antes de que termine el año "debemos poner al país en modo electoral y permitir que todos los que quieran hacerse cargo de los asuntos de nuestro país participen en una competencia sana y democrática".
El primer ministro aprovechó el discurso para reclamar nuevamente a la comunidad internacional ayuda para mejorar el rendimiento de la policía nacional, dotándola de los medios y marcos necesarios y adecuados, así como para luchar contra la corrupción y la delincuencia.
Haití está sumido en una profunda crisis social, económica, política y de violencia, agravada tras el asesinato del presidente Moïse.
A esta situación se suma el enfrentamiento entre bandas armadas en la zona metropolitana de Puerto Príncipe, que ha dejado ya más de 300 muertos en Haití y ha llevado a huir a más de 3.000 personas.